CONFINAMIENTO

El cierre de las escuelas y las vacaciones de verano aumentan el riesgo de que los niños ganen demasiado peso

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El confinamiento ha puesto de manifiesto la mala gestión de la alimentación en muchos hogares españoles.

UOC
30/05/2020 - 10:00h.

Muchos niños (y también adultos) han visto alterada su dieta debido al confinamiento, lo que, sumado a la falta de deporte, les ha hecho ganar peso. La Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) estima un aumento medio del 5 % en el peso de niños y adolescentes, cifra que se traduce en un kilo de media. Pero la cifra más alarmante es que España se halla entre los países europeos con más niños con sobrepeso y obesidad, tanto en la etapa preadolescente (5-10 años), como en la etapa adolescente (14-17 años), según la Federación Mundial de la Obesidad.

Esta enfermedad, tan relacionada con la alimentación, es un problema de salud pública que puede afectar a la salud de los niños con patologías respiratorias o cardíacas, alteraciones ortopédicas y de la marcha, afectaciones psicológicas... También puede afectar a su nivel educativo y a su calidad de vida. Además, tienen muchas probabilidades de seguir sufriendo sobrepeso u obesidad en la edad adulta y corren el riesgo de padecer enfermedades crónicas.

Según Laura Esquius, nutricionista y profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, la alimentación es uno de los principales determinantes de la salud: «una ingesta adecuada contribuye a un crecimiento y un desarrollo óptimos». También es una pieza clave «por el papel y la implicación de los nutrientes y los alimentos en la prevención de enfermedades carenciales y en el desarrollo de trastornos crónicos». Y alerta del «elevado consumo de sodio, grasas y azúcares, seguido de la baja ingesta de cereales integrales, frutas, frutos secos y hortalizas» de hoy en día.

Por su parte, Elena Roura, directora científica de la Fundación Alícia, explica que «la evidencia científica pone de manifiesto la importancia de la cocina y su influencia directa sobre la salud y la adquisición de unos buenos hábitos alimentarios». Y añade que «la promoción de una alimentación sana y sostenible que perdure en el tiempo es la base de la salud». De hecho, apunta «que las personas con habilidades en la cocina hacen elecciones más saludables, principalmente en cuanto a su consumo de fruta y verdura».

Para Esquius, una alimentación saludable es la que se basa en un «consumo mayoritario de alimentos de origen vegetal (frutas, hortalizas, legumbres, pan, arroz y pasta integrales, patatas, frutos secos, aceite de oliva virgen), que se acompañe de pequeñas porciones de pescado, carnes blancas, huevos y lácteos, y agua como bebida principal».

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