Aunque alquilen habitaciones prefieren hacerlo con amigos y no con desconocidos. Hay quien opta por estar más cerca del lugar de estudios, pero otros apuestan por la proximidad a zonas de ocio
El alquiler de habitaciones es la salida de la gran mayoría de estudiantes a la hora de iniciar sus carreras universitarias. El cambio de domicilio, y en muchas ocasiones incluso el cambio de Comunidad Autónoma, va ligado de un alquiler de habitación. Pese a ser una forma de vida extendida entre los jóvenes, hay grandes diferencias según el prototipo.
A la hora de alquilar, por ejemplo, hay quien opta por organizarse junto a sus amigos. "Es habitual que se alquile una vivienda completa, pero por habitaciones", indica Sanz. "Lo que hacen es acordar quiénes van a ser los inquilinos de cada habitación y así se aseguran tener unos compañeros de piso conocidos y con los que no habría problemas", subraya el experto.
Si bien esto es lo habitual, también hay numerosos casos en los que el alquiler de la habitación es completamente individual. "Es una forma más arriesgada para el propio estudiante, pero hay muchos que quieren iniciar una nueva vida y prefieren hacerlo completamente solos", detalla.
Además, debido al alquiler temporal, hay situaciones en las que solo cambia una habitación. "Por ejemplo, si la casa tiene tres habitaciones, con el paso del tiempo y por circunstancias de la vida hay alguna que cambia de inquilino y se van formando nuevos lazos".
¿Cerca de la Uni o de la fiesta?
Respecto a las condiciones de la vivienda, hay dos grupos muy claros: los que quieren que la casa esté cerca del centro de estudios y los que prefieren estar más cerca de lugares de ocio. "Aquí los precios son donde están más altos", indica Sanz. "Tanto si quieres estar cerca de la Universidad como si quieres estarlo del centro de la ciudad, los precios aumentan notablemente", asegura Sanz.
Los precios más bajos están a las afueras, o en municipios cercanos a los centros universitarios sin que sean los mismos. Según destacan, la subida de precios en zonas clave ha provocado que muchos estudiantes tengan que cambiar sus preferencias por cuestiones económicas. De esta manera, optan por otros barrios más alejados, pero con buenas conexiones de transporte público tanto con los centros de ocio como con los centros de estudio.