PATRIMONIO

La ermita de Nuestra Señora de Domo David, en Rebolledillo de la Orden (Burgos), se incorpora a la Lista Roja del Patrimonio

ermita domo david

La Lista Roja del Patrimonio, que elabora la asociación Hispania Nostra, recoge cerca de 900 monumentos españoles que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de inmediato

Redacción BurgosNoticias 
27/07/2021 - 10:26h.

Se encuentra en riesgo de colapso y de expolio de los pocos restos que conserva. En su momento se intentaron llevar a cabo unas obras de remodelación, pero las negociaciones con el obispado no llegaron a buen puerto. Nos referimos a la ermita de Nuestra Señora de Domo David, en Rebolledillo de la Orden (Burgos), un pequeño templo románico del siglo XIII que acaba de ser incluido en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra y que recoge cerca de 900 monumentos españoles que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de inmediato.

En origen fue, posiblemente, la parroquia de una pequeña población, como se cita en el documento fundacional del monasterio de San Salvador de Oña. La aldea debió ser muy pequeña y desapareció a mediados del siglo XIV. Originalmente románica ya tardía, fue remodelada en el siglo XVII, ampliándose la nave y la portada.

Ubicada a la salida de Rebolledillo de la Orden en dirección a Alar del Rey, a unos 600 metros de la población.

Actualmente en ruinas, solo conserva parte de la techumbre del ábside y las paredes de la nave. De mampostería, con esquinales y elementos nobles de sillería. Los materiales utilizados para su construcción son la caliza gris y blanca, la arenisca y la toba. Su ábside es semicircular y solo posee una nave con portada a los pies, sin rastro de que hubiera un campanario.

Su disposición en una ladera que desciende hacia oriente, hace que haya gran desnivel exterior entre la cabecera y los pies, aunque en el interior todo el suelo se halla a la misma cota. La cabecera tiene testero semicircular, presidido por una saetera cegada, con los muros laterales prolongándose en recto, a modo de presbiterio que no se diferencia del hemiciclo ni en altura ni en anchura. Los paramentos son muy sencillos y han perdido completamente el alero original. Es posible que la cubierta primitiva de esta parte fuera abovedada, pero hoy tampoco queda rastro de ella, manteniendo un techado de madera, a dos aguas, que no es sino prolongación del de la nave.

La nave, más ancha, sigue el mismo tipo constructivo, con un ventanal moderno abierto en el muro sur, similar a otro que se encuentra en el mismo lado del presbiterio. Bajo ella se averiguan restos de lo que creemos que fue la portada original, casi oculta por la maleza y destruida parcialmente por reformas posteriores. De ella queda la jamba oriental y las dos primeras dovelas de un arco que parece ser de medio punto. En el interior del templo se aprecia más claramente, conservando las dos jambas y el arco en piedra de toba.

En 1664, según una inscripción que hay en la clave, se hizo la portada occidental, también formada por sencillo arco de medio punto, de grandes dovelas, con impostas de ancho listel plano, de gusto barroco. Posiblemente fue entonces cuando se hicieron otras profundas reformas en la ermita que le dieron su aspecto actual. El elemento quizá más característico es el arco triunfal, simple pero robusto, apuntado, y doblado sólo en el lado que mira hacia la nave. Descansa sobre imposta de nacela y pilastras, con basamento que arranca de podio con aristas de bocel, casi cubierto por el pavimento. Dicho basamento de las pilastras está formado a su vez por corto plinto, rematado en el lado del evangelio con un chaflán decorado por medias bolas de las que arranca una hoja, similares a las que cuelgan de muchos de los capiteles tardorrománicos. Más llamativo es el del lado de la epístola, que remata en plano y que cuenta con bolas similares, aunque en las esquinas aparecen formas que parecen hongos, a las que se suma una figurilla humana recostada en el frente que mira a la nave. Aunque las espesas capas de revoco dificultan la visión de esta figurilla, no cabe duda de que representa a un cantero, pues porta claramente un puntero en su mano derecha.

En conjunto podemos considerar al edificio como románico, levantado seguramente en los comienzos del siglo XIII, aunque sometido a profundas reformas en el siglo XVII que eliminarían su portada original, el conjunto del alero y seguramente los abovedamientos de la cabecera.

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