CIENCIAS DE LA VIDA

El Journal of Archaelogical Science publica un estudio sobre la domesticación del perro basado en restos de Atapuerca

Perro lobo

La doctoranda Raquel Blázquez investiga los cambios sufridos en las mandíbulas de perros desde el Calcolítico a la Edad del Bronce gracias a los restos encontrados en yacimientos tanto del interior de la Península Ibérica como de la Sierra de Atapuerca, comparándolos con los fósiles de otros yacimientos de costa

Redacción BurgosNoticias 
03/07/2024 - 11:55h.

Como ha explicado el vicepresidente de la Fundación Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, el proceso de domesticación del lobo hasta convertirse en perro doméstico es uno de los aspectos que más interés genera en la comunidad científica, ya que los cambios en su morfología han sido relativamente rápidos y su estudio puede contextualizar de manera más detallada la convivencia con estos animales en la vida cotidiana de los primeros homínidos.

Una de las conclusiones a las que ha llegado Blázquez con este estudio es que el tamaño de los restos de cánidos encontrados en estos yacimientos del interior es muy similar en el Neolítico y hasta la Edad del Bronce y, al parecer, su papel estaría vinculado a actividades de pastoreo, caza y vigilancia de rebaño.

Los datos conseguidos con este estudio apoyan la idea de que las poblaciones de perros de interior de la Península muestran una menor diversidad que los de yacimientos costeros, al menos en tamaño, ya que estos últimos estarían influidos por una mayor actividad comercial incorporando otro tipo de perros, lo que abre una puerta a un estudio más profundo de la presencia de otras razas en yacimientos costeros.

Por otra parte, los lobos y perros desde el Calcolítico a la Edad del Bronce conservan rasgos similares con ligeras variabilidades morfológicas entre los restos hallados en los yacimientos, siendo los perros domésticos de tamaño más pequeño. Con ello, una de las líneas de estudio que se abren es concretar el momento en el que los perros se distinguen de los lobos, no solo por la disminución de la talla, sino por la morfología dental, que en ese momento ya es como la de los perros actuales.

Algunas de las conclusiones de este estudio han sido publicadas en la edición digital de la prestigiosa revista Journal of Archaelogical Science.

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