LA TRASTIENDA

¿Otro adelanto electoral?

URNA-UNO

Se barajaba la posibilidad de que Óscar Puente, devenido en bestia negra del PP tras la réplica con que despachó el discurso de la no investidura de Núñez Feijóo, fuera premiado por Pedro Sánchez con una cartera ministerial

Pedro Vicente
20/11/2023 - 22:59h.

Lo que no se contemplaba es que la que ha sido su número dos en sus ocho años en la Alcaldía de Valladolid, Ana Redondo, alcanzara el rango de ministra. Y lo que estaba fuera de cualquiera cálculo era que ambos dos se sentaran a la vez en el nuevo banco azul.

Pero los designios de todo presidente de Gobierno suelen ser inescrutables, y Sánchez no es precisamente una excepción. Pese a haber contado siempre con el respaldo mayoritario de los socialistas de Castilla y León, hasta el presente el tercer socialista inquilino de La Moncloa no había administrado la unción ministerial a ningún correligionario de esta comunidad autónoma. Los cargos de mayor relieve recaídos en las filas del PSCyL habían sido la presidencia del Senado desempeñada por el burgalés Ander Gíl y la jefatura de los eurodiputados socialistas que sigue ejerciendo la vallisoletana Iratxe García. Pero en cuanto al Gobierno de la Nación, ni rastro desde los tiempos de Rodríguez Zapatero, quien llegó a contar con cuatro castellano-leoneses en un mismo Consejo de Ministros.

Y ojo al alcance de este doble desembarco ministerial sobre la política doméstica. Puente no se ha implicado nunca en el ámbito político autonómico y no parece que ello entre en sus planes de futuro. De igual forma creo que da completamente por pasada la página de la política municipal. Sin embargo, lo de Ana Redondo es harina de otro costal. El PSOE necesita renovar su candidatura a la presidencia de la Junta y nadie más apropiada que ella, en su momento portavoz del grupo parlamentario socialista, para asumir ese reto. Ahí puede radicar la clave última de su nombramiento, del que se dice que ha sido gran valedor otro Óscar, éste de apellido López y a la sazón director del Gabinete del Presidente del Gobierno (¡menos mal que a Sánchez no le ha dado por hacer ministro al más nefasto dirigente socialista que ha conocido esta comunidad autónoma en sus 40 años de existencia!

La cábala anterior se produce después de que el entorno del presidente Fernández Mañueco haya puesto en órbita el globosonda sobre un nuevo adelanto de las elecciones autonómicas en Castilla y León, esta vez coincidiendo con las europeas del próximo mes de junio o con las que pudieran celebrarse en Galicia y País Vasco, comunidades estas dos últimas emplazadas a convocar elecciones asimismo en el primer semestre de 2024.

La posibilidad de ese nuevo adelanto electoral no resulta nada descabellada. La incomodidad de Mañueco con su socio de gobierno en la Junta crece día a día desde que Vox, con García Gallardo a la cabeza, haya decidido echarse directamente al monte. Y Mañueco sabe que, si vuelve a recurrir a las urnas, el PP va a resultar altamente beneficiado por el fuerte retroceso electoral al que está abocado el partido ultra, que se dejaría en ese envite no menos de la mitad de sus 13 escaños actuales. Si a ello se añade el desgaste electoral que sufriría el PSOE en plena tramitación de la Ley de Amnistía, la tentación está servida. Y por si lo anterior fuera poco, quedaría conjurado el riesgo de que vaya cuajando esa eventual candidatura de Ana Redondo.

Tendría su cosa que Mañueco, el precursor por su cuenta de una alianza electoral, la de PP y Vox, extendida más tarde a otras cuatro comunidades autónomas y centenares de ayuntamientos, fuera ahora el primero en desprenderse, adelanto electoral mediante, del fuerte lastre político que supone la asilvestrada ultraderecha para el partido que preside Núñez Feijoo. Cosas veredes que non creyeres.

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