Hace casi veinte siglos, un viernes del mes de abril, en el segundo piso de un edificio en el denominado Monte Sión, se reunieron 13 personas en la que se conoce como la Última Cena
Casi veinte siglos después, un viernes del mes de abril, en el segundo piso del Teatro Principal de Burgos, se reunieron 13 personas en la que se conocerá como la Última Comida.
En Jerusalén, se comió cordero, pan, aceite, regado con vino tinto de la Ribera del Jordán. En Burgos tampoco faltó cordero, pan, aceite, regado con vino tinto de la Ribera del Duero.
En la capital judía hubo un 'traidor' que abandonó la mesa antes de tiempo. En la capital burgalesa también hubo un 'Judas' que no se quedó a comer.
Según alguno de los cuatro evangelistas cabe la posibilidad de que la cena fuera ofrecida por Maria 'Magdalena'. Aquí está confirmado que el ágape fue cosa de María 'Cristina'.
Tantas coincidencias nos llevan a pensar que tal vez después de otros veinte siglos se reúnan en un desayuno buffet con cordero, pan, aceite y vino tinto, en un lugar indeterminado, 13 personas con 'traidor' incluido, por aquello de que la historia siempre se repite, como han podido comprobar en esta ocasión y ahora profetizo.
Y recuerden, 13 es para algunos un número maldito, y para otros es simplemente 12+1.