PREHISTORIA

Los titanosaurios invaden el mundo

titan
La celebridad: el 'Patagotitan mayorum', el mayor dinosaurio conocido hasta el momento, es deseado por los grandes museos del mundo. El último en adquirir una réplica de sus restos fósiles ha sido el Natural History Museum de Londres. / NHM.

El Museo de Historia Natural de Londres se suma a los museos más importantes del planeta que exhiben una réplica del Patagotitan mayorum, el dinosaurio más grande conocido. ¿Por qué son importantes las copias de los huesos fósiles y cómo las hacen en la 'fábrica de dinosaurios' en la Patagonia argentina?

Federico Kukso|SINC
08/05/2023 - 10:40h.

El Patagotitan mayorum se extinguió hace más de 95 millones de años pero este dinosaurio sigue reproduciéndose: año a año, réplicas de los huesos fósiles del animal más grande que ha caminado sobre la Tierra invaden los museos más importantes del mundo.

El colosal esqueleto de este titanosaurio —cuyos restos fueron descubiertos en 2013 en la provincia argentina de Chubut— ya deslumbra en el Museo paleontológico Egidio Feruglio (MEF) de Trelew, Argentina. También atrae multitudes en el American Museum of Natural History de Nueva York y en el Field Museum de Chicago. Y, desde finales de marzo, también lo hace en uno de los museos con más historia: el Natural History Museum (Museo de Historia Natural MHN) de Londres.

"Empezamos a trabajar en esta exhibición en 2018", cuenta a SINC el paleontólogo Paul Barrett, responsable de la exhibición Titanosaur: Life as the Biggest Dinosaur (Titanosaurio: la vida del dinosaurio más grande).

"El museo estaba ansioso por montar una espectacular exhibición sobre estos animales, ya que no habíamos organizado una gran exhibición de dinosaurios en muchos años, y el tamaño colosal de Patagotitan, junto con la historia que podíamos contar sobre la vida en tamaño gigante, parecía ser en una oportunidad ideal", sostiene.

La pandemia de covid-19, sin embargo, alteró todos los planes y dilató los tiempos de la organización. Hasta que, al fin, se relajaron las medidas de prevención y las fronteras abrieron: distribuida en 40 cajas, la réplica del Patagotitan primero viajó en camiones desde Trelew a Buenos Aires, en febrero. De ahí, la empresa IAG Cargo la transportó a través del Atlántico en la bodega de dos aviones BA Boeing 787-9 'Dreamliner', junto a cuatro cajas que contenían fósiles reales, incluido un fémur de más de dos metros.

"Uno de los principales desafíos que tuvimos consistió en asegurarnos de que pudiéramos colocar el esqueleto de Patagotitan en nuestro espacio de exhibición principal, dado su tamaño y peso", señala el organizador.

No era un detalle menor: desde la nariz hasta la cola, este animal medía aproximadamente 37 metros de largo. Se estima que, cuando vivía, el Patagotitan pesaba alrededor de 57 toneladas. Es decir, más de nueve elefantes africanos, que son los animales más grandes vivos en la actualidad. Su réplica de yeso, en cambio, es algo más ligera: pesa 2,67 toneladas, lo mismo que cinco pianos de cola de concierto.

"Se necesitó una planificación cuidadosa para colocar las piezas de una manera que fuera anatómicamente precisa, agradable a la vista y que utilizara el espacio disponible con la mayor eficacia posible", explica el paleontólogo británico. "Además, se reforzó el suelo para que pudiera  soportar el peso del animal".

Llegan los gigantes

Un día, hace diez años, mientras recorría a caballo una estancia conocida como La Flecha, en el centro de la provincia de Chubut, un peón llamado Aurelio Hernández observó algo raro que sobresalía del suelo: era un hueso de dinosaurio. De inmediato, llamó a los paleontólogos del gran museo local, el MEF.

Después de días de trabajo en el campo, los científicos no lo podían creer. Ahí no había un fósil; eran 223. En realidad, no pertenecían a un solo dinosaurio sino a seis ejemplares, distribuidos en tres niveles. Tras años de estudio, el equipo dirigido por los paleontólogos argentinos Diego Pol y José Luis Carballido determinaron que se trataba de una especie que vivió hace 101 millones de años: un titanosaurio monumental, la especie más grande hasta entonces hallada de un dinosaurio.

Para mostrarle al público lo grande que era este animal, los investigadores del MEF escanearon cada fósil encontrado y realizaron la primera réplica del esqueleto de este dinosaurio. Y la montaron en un galpón cercano. Las salas del museo les habían quedado chicas.

La noticia dio vueltas por el mundo. Hasta el naturalista David Attenborough viajó para ver los fósiles en persona y lo registró en el documental Attenborough and the Giant Dinosaur. Fue entonces cuando empezaron a llegar los pedidos. Los grandes museos del mundo querían tener su réplica de titanosaurio, incluirlo como una nueva joya entre sus exhibiciones. El Patagotitan se había convertido en una celebridad.

Realizada en colaboración con la empresa canadiense Research Casting International, el 15 de enero de 2016 debutó, en el American Museum of Natural History de Nueva York, la réplica de este herbívoro gigante. Es tan grande que su cabeza se extiende fuera de la galería en el cuarto piso del museo.

El 21 de mayo de 2018, después de un largo viaje de dos meses en camiones, barco y tren de carga, el personal del Field Museum de Chicago le dio la bienvenida a un nuevo integrante: otra réplica del titanosaurio al que bautizaron Máximo. Con la ayuda de grúas, el esqueleto fue instalado en el hall central, desplazando a la hasta entonces estrella el museo, la T. rex Sue. Desde aquel momento, Máximo es un imán para sacarse selfies.

Incubadora de dinosaurios

En los museos de historia natural, las réplicas de esqueletos de dinosaurios son las verdaderas estrellas. Hasta hace unas décadas, los paleontólogos solían hacer montajes con los fósiles originales. En el proceso, destruían algunas piezas por accidente o taladraban agujeros directamente a través de ellos para mantenerlos de pie. En muchos casos, el tremendo peso de los huesos fósiles hacía que se desplomasen.

Así entraron en escena los moldes, réplicas, copias de huesos reales que reproducen el original con la mayor precisión posible.

"Es un trabajo bastante caro y agotador", explica el paleoartista argentino Jorge González, responsable de réplicas de dinosaurios como Gualicho, Bajadasaurus, Tarjadia, Llanosuchus, Priosphenodon avelasi, entre muchos otros.

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