Un lector de este digital manifiesta su indignación al pasar por la iglesia de San Nicolás, tras la celebración de una boda y encontrarse que los tubos de serpentinas se encuentran tirados en el suelo ofreciendo una lamentable imagen de nuestro patrimonio.
Lo normal, dice este ciudadano es que los asistentes a la boda hubieran recogido las serpentinas tras ser utilizadas en la boda y depositarlas en las respectivas papeleras.
Denuncia el carácter incívico de la gente e indica que un entorno histórico tan espectacular como el de la iglesia de San Nicolas se merece otro trato, y no dejarlo según sus palabras "como si hubiera pasado por allí una piara de cerdos".
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