El 23 de abril de cada año se conmemora el Día del libro, y bienvenido sea. Pero en nuestra tierra, en Castilla y León, también celebramos el día de nuestra Comunidad, aunque en gran medida desconozcamos y pasemos por alto el acontecimiento que se conmemora, la revolución comunera de 1521, la guerra de las Comunidades de Castilla contra el absolutismo de Carlos V
Es uno de los grandes acontecimientos de la historia de España, y también es una historia muy nuestra, porque ahí se decidió el futuro de Castilla y porque en la actualidad es el emblema y símbolo de nuestra Comunidad, donde además Burgos jugó un papel decisivo a la hora de equilibrar o desequilibrar la balanza de los acontecimientos.
El 23 de abril homenajea y conmemora una lucha heroica ante la opresión por parte de unos indignados del XVI que quisieron cambiar una situación que ellos consideraban injusta. Se trata del levantamiento comunero de las ciudades de Castilla frente a la tiranía de Carlos I. En esa lucha se enfrentaban dos modelos de vida, dos sistemas políticos, y finalmente la reivindicación comunera no tuvo cabida en un mundo absolutista. Las ciudades castellanas combatieron para que triunfaran valores tan perennes y universales como la dignidad, la igualdad, la justicia, el valor del bien común frente a lo individual... Aunque su revolución estuvo comandada por los líderes que todos conocemos, fue la gente de las ciudades, la gente del común, trabajadores, gente normal como nosotros, quienes optaron por cambiar aquello que les oprimía, reivindicando la independencia económica de Castilla frente a un poder extranjero que hoy llamaríamos colonial. Lucharon por un sistema político cercano al parlamentarismo, que entonces no se estilaba en Europa, buscando el bienestar comunitario de nuestra tierra. No fue una revuelta palaciega de nobles, ni tampoco una algarada de pobres desesperados sin ideales, dispuestos a quemar contenedores. Fue quizás un poco de todo eso, pero -y esa es su grandeza- fue mucho más.
Es el momento único y brillante en que Castilla no fue solo una potencia militar, un imperio territorial, sino también un foco de absoluta modernidad política: algunos historiadores han llamado a la revuelta comunera "la primera revolución moderna de la Historia", adelantándose incluso a la revolución francesa que supuso fin al Antiguo Régimen. Finalmente, resulta que la historia de estos héroes anónimos, comandados por Padilla, Bravo y Maldonado, entre otros, puede ser motivo de orgullo, e incluso podríamos decir hoy en día que la derrota en el campo de batalla no fue en vano.
Lamentablemente, este pasaje no ha llegado a ser un elemento identitario de nuestra comunidad porque muchos conciudadanos no conocen qué se celebra en Villalar; qué ocurrió ese 23 de abril de 1521. Los símbolos son importantes y más si queremos conformar señas de identidad, si queremos luchar por una Comunidad con un futuro incierto. Nosotros tenemos ese destacado símbolo, pero es un apartado de la historia que hemos apartado, nunca mejor dicho. Yo os invito a que leáis, aprovechando, por qué no, el Día del libro, sobre este tema tan apasionante, y, sobre todo, tan nuestro.
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