"Es deber esencial de nuestra Comunidad - reforzado en el caso de los "bienes más relevantes" - no sólo garantizar su conservación y enriquecimiento, así como fomentar el acceso de los ciudadanos a estos bienes" (Ley 12/2002, de 1 de Julio, de Patrimonio Cultural, Art.2,2)
El 7 de Julio del año 2002, abrimos las ruinas del convento de San Antón en Castrojeriz al público y a los peregrinos tras más de 200 años de olvido y expolio. Quedó abierto al público y a los peregrinos la Encomienda Mayor de la Orden de San Antón, siguiendo el propósito fundacional de asistencia a peregrinos del Camino de Santiago, contando únicamente con los donativos y la labor desinteresada de hospitaleros voluntarios. Cada año pasan a visitar las ruinas más de 35.000 personas y acogemos a más de 1.000 peregrinos (sólo disponemos de 12 camas), ofreciéndoles cama, cena y desayuno, sin coste alguno para los peregrinos. Este año han pernoctado cerca de 1.500 peregrinos y hemos estado abiertos los 365 días del año.
Estamos hablando de uno de los monumentos y de los albergues para peregrinos más entrañables y significativos de todo el Camino francés, de Roncesvalles a Santiago de Compostela, declarado como Patrimonio de la Humanidad.
La Junta de Castilla y León aprobó fondos en 2007 para la consolidación de las ruinas, pero un monumento de esta índole requiere un mantenimiento periódico. Las Ruinas, año tras año, se han ido deteriorando. En Noviembre de 2021 cayó una piedra de los arcos que sobrevuelan la carretera entre Hornillos y Castrojeriz. Dicha piedra cayó sobre el techo de un autobús escolar: quedó como un gran susto lo que pudo haber sido una auténtica tragedia.
La Fundación San Antón, propietaria de Las Ruinas, es una fundación sin ánimo de lucro y sin medios. Solamente dispone de los ingresos de los donativos, que libremente dejan los peregrinos y visitantes. Estos, a duras penas, alcanzan a mantener el albergue.
En estos últimos cinco años nos hemos reunido con Directores Generales de la Junta de Castilla y León y con el presidente de la Diputación de Burgos. Les hemos expuesto nuestra enorme preocupación por la situación de las Ruinas y de la carretera. Todos nos han dirigido buenas palabras y buenas intenciones, pero la realidad es que las piedras seguirán cayendo y no vemos una acción decidida para solucionar los problemas.
Los vehículos siguen pasando bajo los arcos del s. XIV, incluidos camiones circulando a altas velocidades, con el consiguiente peligro para los viajeros, peregrinos y la degradación del monumento. Las piedras siguen cayéndose poco a poco.
Dada la gravedad de la situación, el Patronato de la Fundación San Antón ha decidido cerrar las Ruinas y el Hospital desde este 1 de Mayo, hasta que se consoliden las ruinas.
Volvemos a solicitar de las Administraciones que apoyen este proyecto de San Antón que configura la identidad del Camino de Santiago, mediante apoyo de las obras de consolidación, así como el desvío de la carretera para proteger las Ruinas de su deterioro y a las personas de un peligro inminente. De forma más inmediata, solicitamos que cierren la carretera bajo los arcos para evitar problemas como el ocurrido en el pasado.
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