Durante el verano, muchas personas siguen dietas estrictas para alcanzar los estándares corporales, buscando soluciones rápidas para perder peso. Estas prácticas no solo son ineficaces a largo plazo, sino que pueden afectar a la salud física y mental. Para combatir la obesidad y el sobrepeso y mejorar la salud, los expertos de Cigna Healthcare recomiendan cambiar el enfoque hacia la creación de hábitos saludables sostenibles, planificar las comidas, moverse regularmente, practicar el mindful eating y centrarse en la salud y no en la balanza
En agosto, con el calor y las vacaciones que todavía muchos siguen disfrutando, hay personas que sienten con mayor intensidad la presión social por alcanzar un ideal de cuerpo delgado. Este deseo por cumplir con los estándares estéticos impuestos por la sociedad hace que se busquen formas rápidas para perder peso, recurriendo a dietas extremas y restrictivas. Sin embargo, aunque estas prácticas pueden ofrecer una pérdida de peso inicial, son insostenibles a largo plazo y pueden provocar problemas de salud, como deficiencias nutricionales, pérdida de masa muscular, fatiga e irritabilidad. Además, suelen generar un efecto rebote, en el que, además de recuperase el peso, tiene consecuencias negativas para la salud física y mental.
Actualmente, esta situación está provocando que muchas personas con sobrepeso u obesidad sientan una gran carga emocional por intentar cumplir con estándares corporales inalcanzables, llevándoles a seguir dietas milagro. El problema es que esta presión social por la delgadez, no solo afecta a la autoestima y la salud mental de quienes la padecen, sino que perpetúa una visión distorsionada de lo que significa estar saludable. Este escenario es especialmente preocupante teniendo en cuenta que el 53,6% de la población adulta en España tiene exceso de peso, teniendo un 16% obesidad y un 37,6% sobrepeso, tal y como señala la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), una cifra que aumenta cada año debido, en gran parte, a estilos de vida sedentarios y a una alimentación poco equilibrada. De hecho, el 36% de los españoles no hace actividad física y el 53% no come verduras diariamente, según datos del Ministerio de Sanidad.
En este contexto, en el que la obesidad se considera la epidemia del siglo XXI, han surgido nuevos medicamentos destinados a la pérdida de peso, que prometen resultados efectivos y rápidos. Si bien estos fármacos pueden ser beneficiosos en ciertos casos y siempre bajo estricta supervisión médica, no representan una solución mágica ni reemplazan la necesidad de adoptar hábitos de vida saludables. Depender exclusivamente de estos medicamentos, sin abordar las causas subyacentes de la obesidad o el sobrepeso, como una alimentación desequilibrada y el sedentarismo, puede perpetuar un ciclo de frustración y dependencia.
Con el objetivo de instaurar hábitos saludables de manera sostenible y efectiva, los expertos recomiendan seguir las siguientes estrategias:
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